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jueves, 10 de octubre de 2013

Otoño 2013: Primer contacto con la Sierra de Aracena



Rincón de la aldea de la Presa  (Santana la Real)





Después del “impasse” veraniego, el pasado sábado volvimos a subir a la montaña, sin un objetivo determinado, sólo tener un primer contacto con ella y comprobar que todas las cosas estaban donde las dejamos en primavera.
A pesar de las pocas precipitaciones de agosto y septiembre, la sierra está exultante, esta tierra es así de agradecida y con sólo unas pocas gotas recobran vida.
Los árboles comienzan a vestir sus galas de otoño y exhiben sus sabrosos frutos: madroños, castañas, bellotas, nueces, escaramujos, peras, manzanas, etc., maduran sus carnes para regocijo humano. Sus hermanas, las uvas, ya fueron recolectadas pocas semanas antes y hoy reposan sus mostos, amorosamente, en barricas de madera y barro, fermentando sus azúcares para ser bebidos dentro de pocas semanas.
Es el ritual de todos los años, la anarquía desbordante de sus estaciones, la repetición cadenciosa y callada de sus ciclos vitales. Nadie lo crea, ni lo dirige, ni le da cuerda. ¡Hay de esos necios engreídos que creen intervenir en el devenir de su proceso! 
Al final resultó que nos movimos más de lo pensado en un principio: Visitamos varios pueblos y aldeas; hicimos algún corto recorrido; nos aprovisionamos de colesterol y quesos en el matadero; probamos los primeros mostos de la sierra... Hasta el mediodía en el que aterrizamos en Aracena para calmar el estómago y probar algunos platos de setas, aunque fuesen de las recolectadas el año pasado.
Resultó un buen día de sierra, aunque nos sorprendió la fuerte subida de temperatura a mediodía. Cuando salimos por la mañana, no es que hiciera excesivo frío, pero apetecía cierto abrigo. Pero una vez arriba, después de movernos de un sitio para otro, la verdad es que el sofoco era considerable y molestaba pasear bajo el sol.
Fue una pena porque depués de reponer fuerzas y refrescarnos con un helado no nos quedó más remedio que retomar el camino de regreso y volver a la santa urbe.
Abrá que esperar a que el tiempo se asiente para volver a subir. Confiemos en que sea pronto.
 
 


Callejuela en Castaño del Robledo


Sendero en Los Marines



Castañar en Castaño del Robledo

Ejemplar de castaño en Santana la Real

Madroño en Los Marines

Sendero Santana la Real-Alájar


Sendero Fuenteheridos-Los Marines


Y esto, un paraiso donde quedarse a vivir, en unas de las laderas del Cerro del Castaño

Otra perspectiva del paraiso, solitaria, sin inquilinos, pidiendo a gritos ser habitada


100% ibérico



Calle de Fuenteheridos


Plaza del Coso en Fuenteheridos: vasijas para el mosto





Los Marines


Los Marines


Los Marines, una de las localidades donde produce buen mosto artesanal









3 comentarios:

  1. ¡Que bonitas fotos Manuel! y que bien pasear por la sierra. En definitiva es de la naturaleza de quien tenemos que aprender en su respuesta fiel. Ella sigue su curso natural sin sobresaltos. Nos regala en cada estación lo que tiene generosamente.
    Un abrazo.

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    Respuestas
    1. Coincido contigo, Anna, pero las personas nos empecinamos en infringir las normas de la naturaleza... Así nos va.
      Saludos.

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  2. Manolo, en esta época voy bastante por la sierra, a ver si nos vemos un día.
    Hoy sábado me voy por la tarde y vuelvo el martes por la tarde.
    Saludos.

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