Me ha costado seis años de búsqueda, pero al fin he
logrado encontrar el famoso café que tomaba Zapatero: 80 céntimos, ni uno más, ni uno menos. ¡Para que luego digamos las malas lenguas que nuestro más
superdotado presidente del gobierno no estaba al corriente de lo que trascendía
en la calle!.
Lo que me parece raro es que el insigne leonés viniera tan
lejos a tomarse el citado café.
¿Ven? Ya comienza a funcionar otra vez el descreído obstinado. Resuelvo una incógnita y al instante me emperro con la siguiente. ¡Qué son casi seiscientos kilómetros de distancia! Bueno, y qué. Mayores logros consiguió el buen hombre: mientras que pudo gobernó negando lo evidente; en un abrir y cerrar de ojos se gastó el poco dinero que teniamos en la hucha; hizo una reforma laboral para obedecer a la Merkel y contentar a los empresarios; congeló las pensiones; flirteó con catalanes y vacos; jamás se enteró del trapicheo de las cajas de ahorros, etc., ¿Y ahora pretendo yo que unos pocos de kilómetros sean un obstáculo para él y quiera dejarlo por mentiroso?
¿Ven? Ya comienza a funcionar otra vez el descreído obstinado. Resuelvo una incógnita y al instante me emperro con la siguiente. ¡Qué son casi seiscientos kilómetros de distancia! Bueno, y qué. Mayores logros consiguió el buen hombre: mientras que pudo gobernó negando lo evidente; en un abrir y cerrar de ojos se gastó el poco dinero que teniamos en la hucha; hizo una reforma laboral para obedecer a la Merkel y contentar a los empresarios; congeló las pensiones; flirteó con catalanes y vacos; jamás se enteró del trapicheo de las cajas de ahorros, etc., ¿Y ahora pretendo yo que unos pocos de kilómetros sean un obstáculo para él y quiera dejarlo por mentiroso?
Debo reconocer que en el tema del café llevaba toda la razón y la fotografía es la prueba evidente... Y para el resto de acciones que cito, seguro
que tendrá también unas explicaciones convincentes. ¡Es que somos ingobernables!
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