Un buen recibimiento, con la Sierra de Gádor al fondo
Desde hace tiempo teníamos pendiente una visita a la
Alpujarra almeriense –menos conocida que su hermana granadina, pero con un
encanto y una peculiaridad propia-, así que nos armamos de valor y realizamos
el deseo aplazado.
Eran bastantes los factores que nos impulsaban a ello
(tranquilidad, paisaje, contacto con la gente del lugar, gastronomía, etc.),
pero lo que más nos motivaba era la enológica, debido al alto reconocimiento
que están alcanzando los vinos de la
comarca, en especial los del municipio de Laujar de Andarax, hermoso
paraíso a casi mil metros de altura, enclavado entre la Sierra de Gádor y
Sierra Nevada.
Vista panorámica de la bodega y parte de la finca
Visitamos varias bodegas y dejamos para el final la que más interés nos despertaba: la Bodega Ecológica “Cortijo el Cura”, perteneciente a la familia Sánchez, en la que además de producir cinco excelentes vinos, también comercializan aceitunas, aceites, frutas y algún que otro producto deshidratado (higos y tomates).
La finca consta de 25 hectáreas, 14 de ellas dedicadas al
cultivo de la vid (entre las que hay que destacar algunas variedades autóctonas
como la Bobal y la Jaén blanca y negra), y las 11 restantes a
olivos y frutales.
Cuando llegamos estaban en pleno proceso de envasado del
tinto joven de 2012, pero esto no fue obstáculo para que al instante se
pusieran amablemente a nuestra disposición, tanto la madre –una octogenaria con
más vitalidad que cualquier mocita de veinte años-, como los dos hermanos
encargados de la bodega, dándonos una breve información sobre la historia de la
finca, después de la cual pasamos a visitar la parte de la bodega donde se
procesa y fermenta la uva vendimiada.
Luego pasamos a la zona que acoge
las barricas de roble americano para el envejecimiento del mismo, y donde también reposan las botellas.
Después a la pequeña tienda
donde exponen los productos que tienen a la venta, y al final, a la sala de catas, momento culmen de cualquier acto amoroso que se precie.
Una vez en ella, degustamos cuatro de los cinco vinos con los que cuenta la
bodega:
- primero el Oro del Llano, un blanco joven seco, afrutado y con sabores florales y frutos secos.
- luego pasamos al Sierra de Gádor, un tinto joven del 2011, rojo intenso, suave, limpio, con sabor a frutas recién cortadas, y una graduación de 15º que quitaba el sentido.
- el siguiente fue el Jáncor, tinto crianza de 2007, un vino redondo, donde están presentes los aromas a madera, almendras y la frescura de las frutas del bosque.
- y finalizamos con el Sánchez Vizcaíno, un tinto reserva rojo ciruela, con sabores a madera y frutos secos tostados, y un pequeño toque suave afrutado. Deja en los laterales de la copa abundantes muestras de lágrimas, aviso del alto porcentaje de glicerol y la alta graduación alcohólica del mismo. Todo un logro.
- ausencia de abonos químicos y tratamientos fitosanitarios.
- la vendimia es manual y selectiva.
- introducción de los racimos en pequeñas cajas, para evitar el deterioro del producto en el transporte.
- traslado inmediato del mismo al lagar para evitar fermentaciones perjudiciales, oxidaciones o infecciones microbiológicas.
- eliminación de los raspones de los racimos (despalillar) antes del prensado, para evitar la astringencia de los mismos y el gusto herbáceo.
- reducción de la temperatura de fermentación (de 40º a 20º/25), con lo que se retarda este proceso a un nivel más armonioso y natural.
- no clarifican y apenas filtran; tampoco se utiliza clara de huevo en la clarificación (con lo que se evita posibles reacciones alérgicas), por la que estos vinos cuentan con un alto porcentaje de sustancias nutritivas naturales de la uva.
- la producción es pequeña y limitada.
- ausencia de añadidos químicos que después del consumo produzcan dolores de cabeza.
- máximo respeto a las normas europeas sobre productos ecológicos.
Este es el secreto para elaborar un vino como la Bodega
“Cortijo el Cura” consigue, además del interés y empeño que todos ellos ponen
en el proyecto. Felicitaciones a los artífices de este buen producto con el que
tratan de armonizar el mercado de los vinos.
Parte del viñedo, con Sierra Nevada al fondo
Las viñas a punto para la vendimia
Relación de vinos que se elaboran en esta bodega:
- Infante: Rosado joven seco (Garnacha) Afrutado con color a cereza claro.
- Oro del Llano: Blanco joven seco (Jaén Blanca y Chardonnay). Afrutado con aromas a hierba cortada y frutos secos. Sabor muy agradable.
- Sierra de Gádor: Tinto joven (Garnacha, Cabernet Sauvignon, Syrah y Merlot). Aroma a fruta con un terminado suave, limpio y elegante aroma. Color rojo intenso.
- Jáncor: Tinto crianza (Garnacha, Cabernet Sauvignon, Syrah y Merlot), con 12 meses de envejecimiento en barrica de roble americano, más otros 12 meses de reposo en la botella. Elegantes aromas dejando un fondo a minerales de la cepa de donde proviene.
- Sánchez Vizcaíno: Tinto reserva (Garnacha, Cabernet Sauvignon, Syrah, Merlot y Tempranillo), envejecido en barrica de roble americano durante 24 meses, más 18 meses de reposo en botella. Vino color cereza; nariz aromática a ciruela; toques de roble ahumado y tabaco y una boca fina y abierta con características organolépticas.
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