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miércoles, 17 de julio de 2013

Poesía andalusí: Ibn Zaydum









Ibn Zaydum. 1003/1071. Llegó a convertirse en el poeta neoclásico más importante de Al-Andalus. Su amor por la princesa-poeta omeya, Wallada, constituyó uno de los capítulos más conocidos de la historia anecdótica de la España musulmana.



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En el Zahra´ te recordé con ansias
     ante la apetecible campiña y límpida faz de la tierra.
La brisa crepuscular languidecía
     como si de mí se compadeciera.
La sonrisa plateada del agua sobre el jardín,
     collares que besaran la firmeza de los senos parecía.
Era un día como nuestros días sensuales de antaño
     cuando robábamos placeres a la noche mientras dormía el Destino.
Mi vista se deleitaba con una flor
    de tallo arqueado por el peso del rocío,
como si sus ojos, al ver mi duerme vela,
    llorasen por mí, derramando lágrimas relucientes.
Una rosa resplandecía en su soleada rosaleda,
    y por ella el sol de mediodía brillaba.
Un nenúfar fragante y soñoliento, despertado
   por el alba, perfumó el aire.
Todo esto me llena de pasión por ti,
   de ansias siempre en mi pecho atormentado.
Si ese día me hubiera reunido contigo,
   habría sido el más generoso de los días.
Dios no sosiegue al corazón visitado por tu recuerdo,
   corazón que vuela con alas batientes de ardor.
Si el céfiro quisiera, te llevaría
   un mozo agotado por sus tristes hallazgos,
no mis prendas más preciosas y brillantes, amada de mi alma,
   (si es que amantes pueden tener prendas).
Durante tiempo la recolecta de nuestro amor puro
   fue un jardín de intimidad donde corríamos sueltos y libres.
Ahora ensalzo lo que éramos, y aunque
   te consolaste con el olvido, sigo siendo tu fiel amante. 



 
(“Ajimez”, de Miguel José Hagerty)

       




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