Al final, vamos a tener que creernos lo de la crisis económica -la otra, la moral, mejor ni mentarla-. Se están yendo al paro personajes que, hasta este momento, ni lo imaginaban: periodistas que volvieron la cara cuando los desempleados eran otros; enchufados de la administración que entraron por la puerta falsa; engominados banqueros que se llevaron parte de nuestro dinero; privilegiados de líneas aéreas, etc. Hasta el momento no les ha llegado el turno ni a políticos, curas, militares y policías, pero todo se andará, esta crisis es tan profunda que igual -algún día, nos los encontramos sellando en la cola del INEM.
Miren ustedes. Fue tan grande la insistencia de Rodríguez Zapatero y su partido, en que no teníamos crisis que, a pesar de que todos los días había miles de desempleados más en la calle, a mí me costaba aceptarlo, a pesar de los desahucios, de las familias arruinadas y del aumento de personas en comedores sociales; me creí tan profundamente la mentira de los socialdemócratas, que hasta ayer mismo no lo admití. Hace unos años, quizás meses, el campo se vendía por metros, por hectáreas... pero la imagen que ven -y presencié- me hizo salir de la ignorancia. ¡Tal debe de ser la situación, que en la actualidad el monte se vende árbol por árbol!
Parece increíble pero a esta situción hemos llegado. Ahora sí que me creo lo de la crisis, a pesar de que los otros, los peperos, nos hablen de brotes verdes. ¡Ya no me engañan más estos políticos cretinos!
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