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jueves, 28 de febrero de 2013

La Junta de Andalucía y "sus" hijos predilectos









Los que me conocen -o leen-, saben que no soy partidario del 28-F, no sólo por todo lo que encierra de trampa política y despiste reivindicativo, sino, además, por el componente de romería y camelo que conlleva. Uno de estos conceptos críticos por los que me repugna esta festividad  es por la concesión de los títulos de “hijos buenos”, perdón, Hijos Predilectos y las medallas de Andalucía a todos aquellos adeptos al “régimen”, pelotas, chaqueteros o personaje “importante” al que se le quiere seducir o embaucar en la causa común. No otro sentido tiene este esperpento social que anualmente viene celebrando la Junta de Andalucía para contentar a los que ya de por sí están contentos todo el año. Porque, lo que es hasta ahora, en pocas ocasiones se lo han concedido a un fatigado padre albañil, ni a una madre “jarta” de quitar mierda, cuando, digo yo, alguno habrá que merezca ese nombramiento.
Pues, siguiendo con el mismo tema, este año vuelve a ser polémico en mi opinión. Viendo la lista de agraciados, uno no entiende cuáles han sido los elementos escogidos para baremar y evaluar los valores que cada cual representa, porque el del tiempo, no creo que se haya estimado. Para cualquiera que no esté contaminado de partidismo político es incomprensible cómo personajes representativos del arte y la cultura andaluza, caso de Carmen Laffón, Manuel Gerena y Maria Rosa hayan tenido que esperar tanto para recibirlo, por no hablar del caso sangrante de Manuel García Caparrrós –vergonzosamente, aún está por aclarar su vil asesinato el 4 de diciembre de 1977-, a no ser el lugar de nacimiento o su afiliación política, de otra manera no se entiende que hayan transcurrido tantos años para que García Caparrós sea Hijo Predilecto de esta tierra, o que el cantaor Manuel Gerena no haya acumulado tiempo y méritos para habérsela concedido hace años.
En contraposición está el título de Hijo Predilecto concedido al actor Antonio Banderas –no es que yo tenga algo contra él, pero vistas sus “hazañas”: actuar mal en malas películas, vestirse de nazareno, dar pregones de semana santa, apoyar, como cualquier otro hincha, al Málaga, comprarle un chalé a Encarna Sánchez en Marbella en un espacio que vulnera la ley de costas, y decirle a los americanos lo bueno que está el jamón de Jabugo; eso es todo, bueno, todo no, se me pasaba... ser “simpatizante” del partido que sustenta al gobierno, que no es poco-; las medallas concedidas a Esther Yáñez, por ser la primera mujer comandante de la Armada y al director de cine Alberto Rodríguez, es un agravio, y no es que no se lo merezcan, repito, sino que no tiene correspondencia entre unos y otros.
Esta contradicción sólo se puede explicar de la siguiente manera: que sea el “peaje” político que el PSOE ha de pagar a IU para seguir gobernando, si no, no se entiende la concesión de estos títulos honoríficos a personajes tanto tiempo olvidados. Por esto no me gusta el 28-F y reivindico el 4-D, verdadero Día de Andalucía. De todas maneras, enhorabuena a todos ellos.















4 comentarios:

  1. Mucha lucidez veo por aquí, escrita y bien escrita.
    No puedo estar más de acuerdo contigo, Manuel.

    Sin desperdicio.

    Namasté.

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    1. Morgana, agradezco tu comentario y coincidencia de criterios, ya que ir a contracorriente, a veces es cansado e ingrato.
      Bienvenida a mi Rincón, tengo pendiente una revisión exhaustiva de tu blog que, en principio, me ha causado una muy buena impresión.
      Un saludo.

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  2. Totalmente de acuerdo, Manuel, este año el premio se ha prestigiado con los que has nombrado en la medida que eran la cuota que IU ha debido imponer, pero este galardón desde el día que fue otorgado a la Duquesa de Alba, y que comparten también banqueros, abrazafarolas y soplaflautas varios es un escándalo tal que dan ganas de borrarse de andaluz. El día que se le den a gente sencilla, humilde, honrada y trabajadora el premio tendrá sentido, el de podernos todos los andaluces vernos reflejados en él.

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    1. Ya sabes que a este partido le "pone" tener contenta a la aristocracia y a los banqueros, aunque se disfracen en los mítines de pana.
      Yo creo que los discrepantes tenemos la obligación de aguantar, -¡ya les gustaría a ellos que nos fuésemos todos!-, al menos somos la conciencia silenciada de Andalucía.
      Un fuerte saludo.

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