Si me envolvieras tenuemente con una caricia,
y recorrieras el misterio de cada uno de los silencios de mi alma,
yo desaparecería calladamente entre tus brazos.
Y me desnudaré lentamente como pétalos de rosa blanca,
e iré deshojando mi cuerpo como fieltro de amor soñado,
y llegaré sin saber cómo
a oler tus huesos,
a lamerte todo,
a conquistar tu espacio un segundo,
a oír las notas de tus silencios profundos,
para caminar contigo sobrevolando mi imagen de garza.
Muchas gracias Manuel,no me esperaba ver una poesía mia publicada en tu blog.Me ha encantado leer esto de hace tantos años....
ResponderEliminarUn abrazo.
Carmen
Gracias a ti Carmen, por la magia de tus palabras.
ResponderEliminarUn abrazo también para ti.