Costó llegar al lugar de la cita. Autobuses, metro, las
calles y avenidas iban abarrotadas. Por un momento me recordó aquella grandiosa manifestación del 4 de diciembre de
1977, cuando los sevillanos salimos a exigir nuestros derechos históricos.
Nada ha podido con los manifestantes: ni el calor (los casi
40º grados que marcaban los termómetros, convertían la marcha en un soporífero paseo
dentro de una sauna), ni la difícil accesibilidad al lugar de la convocatoria,
ni las vacaciones veraniegas, ni siquiera -esta vez- la apatía del que no cree
"que manifestándose se consiga algo", consiguió que la protesta se convirtiera en
un fracaso que hoy, el PP y sus adláteres, refregaran por los ojos de aquellos
que no aceptan sus indiscriminados recortes.
Y allí nos dimos cita lo más variopinto de la fauna. No
faltaban los que siempre colorean el ambiente: CC.OO. y UGT -sonrientes y
festivos-, porque trabajaban –esta vez sí- a favor, y no en
contra de su amo, que es como las reglas naturales ordenan.
También se veía a muchos funcionarios, un importante sector de la sociedad -por su actividad y su número- que algunos creíamos ya extinguidos por su ausencia en otras convocatorias. Parece ser que los últimos recortes han influido de manera decisiva en su ánimo movilizador. Confío en que este paso sea una actitud a mantener en adelante y no un hecho aislado, de todas maneras, siempre es alentador volver a reencontralos
Otra parte importante de la marcha lo componían personas que
habían ayudado, con su voto, a que Rajoy consiguiera su mayoría absoluta, individuos que creyeron las promesas que el PP les hacía en periodo electoral, comprueban ahora que todo fue un engaño y que una vez instalados en la Moncloa, se olvidan de lo que prometieron hacer y en su lugar están aplicando impuestos y recortes que antes con tanta violencia criticaron.
Pero los que más proliferaban entre la multitud eran unos seres extraños, semejantes al resto de los mortales, pero tirando un poco a “colorao”, que se desgañitaban lanzando lindezas a Rajoy. Lo culpaban de todo: de haber provocado la crisis, de no reconocer y gestionarla a tiempo, de malgastar el dinero de los españoles sin ningún miramiento, de ser el autor de todos los recortes a los ciudadanos –incluidos los aplicados por Zapatero-, hasta la catástrofe de la Armada Invencible, por adjudicarle algo.
Uno que caminaba a mi lado y –por lo que pude comprobar-
sabía bastante de animales carroñeros, me explicó, de una manera muy didáctica,
“que esta especie, aparece y desaparece, según marchan los acontecimientos.
Tienen un gran olfato para encontrar la sangre, y siempre que detectan una presa
enferma, la hostigan, la atacan, la asfixian, y si no ven posibilidades de
derribarla solos, se alían con otras especies, aunque éstas hayan sido enemigas
hasta ese momento”.
Parados, la verdad, vi pocos. Como no sé el aspecto que
tiene un desempleado, y como tienen el buen gusto de no disfrazarse –por
eso de no incomodar a los que nos cruzamos por la calle con ellos-, me vi
obligado a calcular y no me salían las cuentas. Algo fallaba en mi ensalada de
números. Me dije: “si la cifra de parados en Sevilla y provincia suman
250.000, algo no encaja, porque aquí, entre todos, no llegamos ni a los 50.000”. Luego me
aclararon que no había realizado bien las cuentas, porque “a esa cifra –para
que te cuadre-, hay que restarle los que están de vacaciones o trabajando”.
Dicho y hecho, y las cuentas salieron al instante.
Los pensionistas andaban en otro mundo. La cosa no iba con ellos. Mientras le sigan ingresando cada mes la paga –aunque ésta sea exigua-, el problema es de otro. Están en otra dimensión, quieren –¡como si fuera posible!- recuperar el tiempo perdido, pelillos a la mar, y desgastar las suelas a base de batirse el cobre bailando un cha-cha-cha o un tango, que no sé de donde han salido tantos bailarines en tan pocos años.
Creen que si la economía se va al garete, a ellos no les va
a afectar. Que tienen patente de corso y que ningún gobierno se atreverá a
quitarles algo que les pertenece, que conquistaron a base de muchos años y duro trabajo. Confiemos en que no se equivoquen y les suceda como a los
funcionarios, que la cruel realidad les ha hecho salir de la burbuja en la que se hallaban aislados.
Como he dicho, la cosa estuvo bastante bien. Hubo gente –que es el dato concreto para calificar a una manifestación de exitosa o no, al margen del
análisis de los resultados obtenidos-, bastante gente, muchísima gente, y fue todo un ejemplo de respeto.
Reunió a sectores de todo el entramado social, y sobre todo, rompió con la apatía participativa que se estaba imponiendo últimamente en la ciudad, a pesar de la fecha en que se celebraba la manifestación. No recuerdo –hasta donde me llega la memoria- otra anterior en un mes de julio. Algo que objetar: el recorrido fue corto -demasiado-, tanto es así que cuando los líderes habían terminado de soltar su rollo acostumbrado, la cola aún no había podido llegar al punto de partida, e inadecuado, ya que ésta terminaba en un espacio angosto donde no cabía ni una parte mínima de los participantes, otro debe en la cuenta de los organizadores.
Reunió a sectores de todo el entramado social, y sobre todo, rompió con la apatía participativa que se estaba imponiendo últimamente en la ciudad, a pesar de la fecha en que se celebraba la manifestación. No recuerdo –hasta donde me llega la memoria- otra anterior en un mes de julio. Algo que objetar: el recorrido fue corto -demasiado-, tanto es así que cuando los líderes habían terminado de soltar su rollo acostumbrado, la cola aún no había podido llegar al punto de partida, e inadecuado, ya que ésta terminaba en un espacio angosto donde no cabía ni una parte mínima de los participantes, otro debe en la cuenta de los organizadores.
Miren si ha sido un éxito, que hasta el desarrollo de la
misma ha cambiado. Antes, en tiempos de Cascorro, siempre ibas receloso con todo aquél
que marchaba junto a ti y te era desconocido, por temor a que fuese un miembro de
“la Social”, en cambio, el jueves 19, íbamos “escoltados” por maderos indignados
que hace unas semanas te habían majado a golpes, pero –cosas del destino-, ese día
caminaban junto a ti, porque el Gobierno les iba a quitar la paga de Navidad y
no podrían comprarles a sus cachorros los juguetes de Reyes.
Es innegable el efecto sociable de una manifestación. ¿Quién me
iba a decir a mí que marcharía en una donde tuviera como compañero de fatiga,
al que hace unos meses me corrió a palos y que, probablemente, dentro de poco,
lo volverá a repetir gustoso?
¡Las vueltas que da la vida y lo inescrutable que es el
destino!
Y al final, una duda: ¿Caerá Rajoy, y, en caso afirmativo,
el nuevo gobierno que salga de las urnas –que no será otro que del PSOE (la
gente tiene poca memoria)- restablecerá los derechos amputados, y lo que es más
importante, dejará de imponer otros nuevos?
La respuesta la dejo en el viento, como hizo mi colega Bob
Dylan.
Todos sabemos que eceptuando a aquellos.privilegiados , los demas.nos.movemos casi siempre por intereses, digamos.personales es por ello que.no.es.de.extrañar que dada la situacion actual, acudieran a la.puntual manifestacion, todo tipo de gentes, gremios u organizaciones.
ResponderEliminarTambien es poible que acudiera mas de un jubilado y algun que otro parado que posiblemente se sientan heridos al leer tu escrito. De todas formas tu acudistes.a ella en solidaridad para.contigo mismo y los demas por lo que creo.que la.critica en estos.momentos a los.que apoyaron ina revvinicacion paralela a la tuya, pozia ha er esperado , quizas para un futuro articulo.
Si quiero indicar, que en tu escrito no mencionas a los sin esperanzas, a los que ya no.creen en casi nada y que se quedaron en casa rabiosos consigo mismos, por divergencia, apatia o quizas por rebeldia a acudir al silbido del pastor.de turno de esa congregacion a la que personalmente no me.apunto.
Saludos PMM
Cuando hayamos logrado sentir que las desgracias de los demás son tan graves como las de uno mismo, entonces es cuando estaremos en el camino de solucionar algo este asqueroso mundo, mientras tanto, si sólo nos movemos cuando el zapato nos apriete a nosotros, el acto se transformará en otro intento más de solucionar NUESTRO problema.
EliminarY los parados que estaban en la manifestación no se pueden sentir agraviados por mi comentario, ya que sólo critico a los miles de ellos que no acudieron.
Un saludo y gracias por tu comentario.