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miércoles, 8 de febrero de 2012

Angel González: Poesía






Angel González Nació en Oviedo, en el año 1925, donde pasó la infancia y parte de la juventud.
Vivió la revolución asturiana de octubre de 1934, produciendo en el poeta una gran impresión, debido a la activa participación de uno de sus hermanos.
El golpe fascista contra la República interrumpió sus estudios de bachillerato, y supuso para el futuro poeta y su familia un cambio total en el desarrollo de ésta, la cual se vio afectada por el exilio y el asesinato de sus dos hermanos mayores.

En 1937 reanuda sus estudios, que logra finalizar en 1944, año en el que contrae la tuberculosis pulmonar que le obliga a permanecer en cama tres años, recluido en las montañas de León, lugar en el que su hermana ejercía de maestra.

Es allí donde Angel se familiariza con la poesía, en concreto con la de Juan Ramón Jiménez y algunos de los poetas de la generación del 27.
Una vez repuesto inicia la carrera de derecho que compagina con la de magisterio, y tras ejercer durante una corta temporada como maestro en un pueblo aislado de la montaña leonesa, regresa a Oviedo donde obtiene la titulación de derecho en el año 1949.
Sería a partir de aquí, y después de una conversación con Carlos Bousoño –amigo de la infancia-, y unas palabras alentadoras de Vicente Aleixandre, cuando se decide a publicar la poesía que llevaba escribiendo desde que cayera enfermo.

En 1955 sale su primer libro, “Áspero mundo” con el que obtiene un accésit en el premio Adonais.

En 1961 consigue el premio Antonio Machado que la editorial Ruedo Ibérico concedía en Francia.
En 1985 le conceden el Príncipe de Asturias de las Letras, y en 1991, el premio Internacional Salerno de Poesía, en Italia.

Muere en Madrid, el 12 de enero de 2008.

Es, sin duda, uno de los mayores y más representativos poetas de la “generación de los 50”, y, a mi gusto, unos de los mejores escritores que han sabido expresar los sentimientos humanos y el lenguaje del alma.



-o-o-o-o-o-o-o-



Sucede entonces,

que si habla, el hombre,
aunque no quiera, miente.

Angel González




PARA QUE YO ME LLAME ÁNGEL GONZÁLEZ


Para que yo me llame Ángel González,
para que mi ser pese sobre el suelo,
fue necesario un ancho espacio
y un largo tiempo:
hombres de todo mar y toda tierra,
fértiles vientres de mujer,
y cuerpos y más cuerpos, fundiéndose incesantes
en otro cuerpo nuevo.
Solsticios y equinoccios alumbraron
con su cambiante luz, su vario cielo,
el viaje milenario de mi carne
trepando por los siglos y los huesos.
De su pasaje lento y doloroso
de su huida hasta el fin, sobreviviendo
naufragios, aferrándose
al último suspiro de los muertos,
yo no soy más que el resultado, el fruto,
lo que queda, podrido, entre los restos;
esto que veis aquí,
tan sólo esto:
un escombro tenaz, que se resiste
a su ruina, que lucha contra el viento,
que avanza por caminos que no llevan
a ningún sitio. El éxito
de todos los fracasos. La enloquecida
fuerza del desaliento...



AQUÍ MADRID, MIL NOVECIENTOS...


Aquí Madrid, mil novecientos
cincuenta y cuatro: un hombre solo.

Un hombre lleno de febrero,
ávido de domingos luminosos,
cantando hacia marzo paso a paso,
hacia el marzo del viento y de los rojos
horizontes –y la reciente primavera
ya en la frontera del abril lluvioso...-

Aquí, Madrid, entre tranvías
y reflejos, un hombre: un hombre solo.

-Más tarde vendrá mayo y luego junio,
y después julio y, al final, agosto-.

Un hombre con un año para nada
delante de su hastío para todo.



CUMPLEAÑOS


Yo lo noto: cómo me voy volviendo
menos cierto, confuso,
disolviéndome en aire
cotidiano, burdo
jirón de mí, deshilachado
y roto por los puños.

Yo comprendo: he vivido
un año más, y eso es muy duro.
¡Mover el corazón todos los días
casi cien veces por minuto!

Para vivir un año es necesario
morirse muchas veces mucho.



TODOS USTEDES PARECEN FELICES...


...Y sonríen, a veces, cuando hablan.
Y se dicen, incluso,
palabras
de amor. Pero
se aman
de dos en dos
para
odiar de mil
en mil. Y guardan
toneladas de asco
por cada
milímetro de dicha.
Y parecen -nada
más que parecen- felices,
y hablan
con el fin de ocultar esa amargura
inevitable, y cuántas
veces no lo consiguen, como
no puedo yo ocultarla
por más tiempo; esta
desesperante, estéril, larga
ciega desolación por cualquier cosa
que -hacia donde no sé-, lenta, me arrastra.



OTRO TIEMPO VENDRÁ DISTINTO A ÉSTE...


Otro tiempo vendrá distinto a éste.
Y alguien dirá:
«Hablaste mal. Debiste haber contado
otras historias:
violines estirándose indolentes
en una noche densa de perfumes,
bellas palabras calificativas
para expresar amor ilimitado,
amor al fin sobre las cosas
todas.»
Pero hoy,
cuando es la luz del alba
como la espuma sucia
de un día anticipadamente inútil,
estoy aquí,
insomne, fatigado, velando
mis armas derrotadas,
y canto
todo lo que perdí: por lo que muero.



ESPERANZA


Esperanza,
araña negra del atardecer.
Tu paras
no lejos de mi cuerpo
abandonado, andas
en torno a mí,
tejiendo, rápida,
inconsistentes hilos invisibles,
te acercas, obstinada,
y me acaricias casi con tu sombra
pesada
y leve a un tiempo.
Agazapada
bajo las piedras y las horas,
esperaste, paciente, la llegada
de esta tarde
en la que nada
es ya posible...
Mi corazón:
tu nido.
Muerde en él, esperanza.



CRISIS


Lo ideal en estos casos
sería morirse de muerte natural,
hacer un gesto agrio,
estirarse
definitivamente,
y marchar con cuidado
para que nadie pueda
darse por ofendido.
Pero ello no es posible
sin contar con Dios Padre
-y los restantes.
Por eso
-frío en la calle, tedio
en los que pasan-
permanezco en mi sitio, y vivo
-corazón asediado por el llanto-
mi hora la terrible:
la que aún no ha sonado. 


PORVENIR

Te llaman porvenir
porque no vienes nunca.
Te llaman: porvenir,
y esperan que tú llegues
como un animal manso
a comer en su mano.
Pero tú permaneces
más allá de las horas,
agazapado no se sabe dónde.

!Mañana! Y mañana será otro día tranquilo
un día como hoy, jueves o martes,
cualquier cosa y no eso
que esperamos aún, todavía, siempre.



ELEGIDO POR ACLAMACIÓN


Sí, fue un malentendido.
Gritaron: ¡a las urnas!
y él entendió: ¡a las armas! -dijo luego.
Era pundonoroso y mató mucho.
Con pistolas, con rifles, con decretos.

Cuando envainó la espada dijo, dice:
La democracia es lo perfecto.
El público aplaudió. Sólo callaron,
impasibles, los muertos.

El deseo popular será cumplido.
A partir de esta hora soy -silencio-
el Jefe, si queréis. Los disconformes
que levanten el dedo.

Inmóvil mayoría de cadáveres
le dio el mando total del cementerio.



CANCIÓN PARA CANTAR UNA CANCIÓN


Esa música...

Insiste, hace daño
en el alma.
Viene tal vez de un tiempo
remoto, de una época imposible
perdida para siempre.
Sobrepasa los límites
de la música. Tiene materia,
aroma, es como polvo de algo
indefinible, de un recuerdo
que nunca se ha vivido,
de una vaga esperanza irrealizable.

Se llama simplemente
canción.
Pero no es sólo eso.

Es también tristeza.



CIUDAD CERO
 

Una revolución.

Luego una guerra.

En aquellos dos años —que eran
la quinta parte de toda mi vida—,
ya había experimentado sensaciones distintas.

Imaginé más tarde
lo que es la lucha en calidad de hombre.

Pero como tal niño,
la guerra, para mí, era tan sólo:

suspensión de las clases escolares,
Isabelita en bragas en el sótano,
cementerios de coches, pisos
abandonados, hambre indefinible,
sangre descubierta
en la tierra o las losas de la calle,
un terror que duraba
lo que el frágil rumor de los cristales
después de la explosión,
y el casi incomprensible
dolor de los adultos,
sus lágrimas, su miedo,
su ira sofocada,
que, por algún resquicio,
entraban en mi alma
para desvanecerse luego, pronto,
ante uno de los muchos
prodigios cotidianos: el hallazgo
de una bala aún caliente,
el incendio
de un edificio próximo,
los restos de un saqueo
—papeles y retratos
en medio de la calle...

Todo pasó,
todo es borroso ahora, todo
menos eso que apenas percibía
en aquel tiempo
y que, años más tarde,
resurgió en mi interior, ya para siempre:

este miedo difuso,
esta ira repentina,
estas imprevisibles
y verdaderas ganas de llorar.



OTRAS VECES


Quisiera estar en otra parte,
mejor en otra piel,
y averiguar si desde allí la vida,
por las ventanas de otros ojos,
se ve así de grotesca algunas tardes.

Me gustaría mucho conocer
el efecto abrasivo del tiempo en otras vísceras,
comprobar si el pasado
impregna los tejidos del mismo zumo acre,
si todos los recuerdos en todas las memorias
desprenden este olor
a fruta madura mustia y a jazmín podrido.

Desearía mirarme
con las pupilas duras de aquel que más me odia,
para que así el desprecio
destruya los despojos
de todo lo que nunca enterrará el olvido.
Eso era amor
Le comenté:
-Me entusiasman tus ojos.
Y ella dijo:
-¿Te gustan solos o con rimel?
-Grandes,
respondí sin dudar.
Y también sin dudar
me los dejó en un plato y se fue a tientas.



HOY
 

Hoy todo me conduce a su contrario:
el olor de la rosa me entierra en sus raíces,
el despertar me arroja a un sueño diferente,
existo, luego muero.
Todo sucede ahora en un orden estricto:
los alacranes comen en mis manos,
las palomas me muerden las entrañas,
los vientos más helados me encienden las mejillas.
Hoy es así mi vida.
Me alimento del hambre.
Odio a quien amo.
Cuando me duermo, un sol recién nacido
me manche de amarillo los párpados por dentro.
Bajo su luz, cogidos de la mano,
tú y yo retrocedemos desandando los días
hasta que al fin logramos perdernos en la nada.



A MANO ARMADA


A mano amada,
cuando la noche impone su costumbre de insomnio
y convierte
cada minuto en el aniversario
de todos los sucesos de una vida;

allí,
en la esquina más negra del desamparo, donde
el nunca y el ayer trazan su cruz de sombras,

los recuerdos me asaltan.

Unos empuñan tu mirada verde,
otros
apoyan en mi espalda
el alma blanca de un lejano sueño,
y con voz inaudible,
con implacables labios silenciosos,
¡el olvido o la vida!,
me reclaman.

Reconozco los rostros.
No hurto el cuerpo.

Cierro los ojos para ver
y siento
que me apuñalan fría,
justamente,
con ese hierro viejo:
la memoria.



A VECES, EN OCTUBRE, ES LO QUE PASA


Cuando nada sucede,
y el verano se ha ido,
y las hojas comienzan a caer de los árboles,
y el frío oxida el borde de los ríos
y hace más lento el curso de las aguas;
cuando el cielo parece un mar violento,
y los pájaros cambian de paisaje,
y las palabras se oyen cada vez más lejanas,
como susurros que dispersa el viento;
entonces,
ya se sabe,
es lo que pasa:
esas hojas, los pájaros, las nubes,
las palabras dispersas y los ríos,
nos llenan de inquietud súbitamente
y de desesperanza.
No busquéis el motivo en vuestros corazones.
Tan sólo es lo que dije:
lo que pasa.



ELEGÍA PURA


Aquí no pasa nada,
salvo el tiempo:
irrepetible
música que resuena,
ya extinguida,
en un corazón hueco, abandonado,
que alguien toma un momento,
escucha
y tira.



EPÍLOGO


Me arrepiento de tanta inútil queja,
de tanta
tentación improcedente.
Son las reglas del juego inapelables
y justifican toda, cualquier pérdida.
Ahora
sólo lo inesperado o lo imposible
podría hacerme ll0rar:

una resurrección, ninguna muerte.
Esto es un poema.



CONTRA-ORDEN. (POÉTICA

POR LA QUE ME PRONUNCIO CIERTOS DÍAS)

Aquí está permitido
fijar carteles,
tirar escombros, hacer aguas
y escribir frases como:
Marica el que lo lea,
Amo a Irma,
Muera el…(silencio),
Arena gratis,
Asesinos,
etcétera.

Esto es un poema.
Mantén sucia la estrofa.
Escupe dentro.
Responsable la tarde que no acaba,
el tedio de este día,
la indeformable estolidez del tiempo.



PALABRAS DEL ANTICRISTO


Yo soy
la mentira y la muerte
(es decir, la verdad última
del hombre).

Sé que no hay esperanza,
pero te dije:
espera,
con el único fin
de envenenar la vida
con la letal ponzoña de los sueños.

No hubo resurrección.

Una gran piedra
selló mi tumba,
en la que sólo había
silencio y sombra.
Nada hallaron en ella, salvo sombra y silencio.

Yo soy el que no fue
ni será nunca:

en la oquedad vacía,
la turbia resonancia de tu miedo.



INVITACIÓN DE CRISTO


Dijo:
Comed, éste es mi cuerpo.
Bebed, ésta es mi sangre.

Y se llenó su entorno por millares
de hienas,
de vampiros.



PÉTALO A PÉTALO


Pétalo a pétalo, memorizó la rosa.

Pensó tanto en la rosa,
la aspiró tantas veces en su ensueño,
que cuando vio una rosa verdadera
le dijo,
desdeñoso,
volviéndole la espalda:

-mentirosa.



ES LA FELICIDAD LO QUE HOY LAMENTO


No el dolor verdadero,
que enmudece;

sino esa sutil forma de tristeza
que no es apenas nada
más que ausencia de dicha.



EL INCONFORMISTA


Cuando era joven quería vivir en una ciudad grande.

Cuando perdí la juventud quería vivir en una ciudad pequeña.

Ahora quiero vivir.


-o-o-o-o-o-o-o-o-o- 


BIBLIOGRAFÍA

Lírica 


1.Áspero mundo, M., Col. Adonais, 1956.(Accésit Premio Adonáis 1955).
2.Sin esperanza, con convencimiento, B., Colliure, 1961.
3.Grado elemental, París, Ruedo Ibérico, 1962 (Premio Antonio Machado).
4.Palabra sobre palabra, M., Poesía para todos, 1965, 1972 y 1977.
5.Tratado de urbanismo, B., Col. El Bardo, 1967.
6.Breves acotaciones para una biografía, Las Palmas de Gran Canaria, Inventarios provisionales, 1971.
7.Procedimientos narrativos, Santander, La isla de los ratones, 1972.
8.Muestra de... algunos procedimientos narrativos y de las actitudes sentimentales que habitualmente comportan, M., Turner, 1976.
9.Prosemas o menos, 1985.
10.Deixis en fantasma, M., Hiperión, 1992.
11.Otoños y otras luces, B., Tusquets, 2001.
12.Nada grave, Madrid: Visor, 2008, póstumo.

Antologías
 


1.A todo amor, 1988.
2.Luz, o fuego, o vida, Salamanca, Ediciones Universidad de Salamanca, 1996.
3.Lecciones de cosas y otros poemas, 1998.
4.101 + 19 = 120 poemas, Madrid, Visor, 1999.
5.Realidad casi nube, Madrid, Aguilar, 2005.
6.Palabra sobre palabra, Barcelona, Seix Barral, 2005 (Poesía completa).
7.La Primavera avanza, Madrid, Visor, 2009.

Ensayo


1.Juan Ramón Jiménez (1973)

2.El Grupo poético 1927 (1976)
3.Gabriel Celaya (1977)
4.Antonio Machado (1979)




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