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lunes, 18 de noviembre de 2013

Vinos: Algunos apuntes para poder apreciar qué estamos bebiendo (1: La Edad del Vino)












Durante las próximas semanas publicaré una serie de entradas relacionadas con los vinos, que nos servirán para familiarizarnos con este complejo y atractivo mundo de la enología que tantas pasiones despierta. 
Como es natural, los trataremos de una manera sencilla, a modo de apuntes, para que sean fáciles de memorizar. Tocaremos aspectos como la Edad del vino, distinguiendo entre un Joven, un Crianza y un Reserva; la Cata, con los apartados dedicados a los sentidos que participan en ella; Práctica de la cata, finalizando con un breve Vocabulario del catador. Confiamos en que sea de utilidad a la hora de llevarnos una copa a los labios.





Edad de los vinos:

  • Los vinos jóvenes, rosados y blancos, fundamentalmente, vivirán menos tiempo: a los 24 meses comenzará su vejez. Aunque sobre gustos no hay nada escrito pues hay quien los prefiere al segundo año.
  • Los vinos tintos de crianza, reserva y gran reserva pueden durar, si están bien conservados, muchos años.
  • Un factor muy claro para saber si los vinos están bien conservados es su color. Con los años los vinos tintos toman tonos teja que se aprecian fundamentalmente en el ribete que bordea el vino, manteniéndose el resto de color rojo cereza. En este caso estamos en presencia de un vino correcto de perfecta evolución. Si por el contrario el vino tinto tiene todo su color marrón estaremos ante un vino que ha evolucionado desfavorablemente.




Vino Tinto

  • Joven, del año o Cosecha: no ha pasado ningún tiempo en la barrica o no el suficiente para ser considerado crianza. Este vino debe ser consumido en el margen de un año natural desde que sale al mercado, aunque suele saber mejor si se consume antes de los primeros seis meses.
  • Crianza: ha pasado entre seis y doce meses en la barrica (según lo marcado por las diversas denominaciones de origen), y permanece reposando en la botella hasta el tercer año tras su elaboración, antes de poder ser comercializado.
  • Reserva: como mínimo un año en la barrica y reposo en la botella hasta transcurrido el cuarto año desde su elaboración.
  • Gran reserva: al menos tres años en la barrica y dos en la botella, y puede comercializarse tras el sexto año. A esta etapa solo llegan las cosechas excepcionales.




Blanco y Rosado
  • Joven, del año o Cosecha: no ha pasado ningún tiempo en la barrica o no el suficiente para ser considerado crianza. Este vino debe ser consumido en el margen de un año natural desde que sale al mercado, aunque suele saber mejor si se consume antes de los primeros seis meses.
  • Crianza: se reduce a los 18 meses, 6 de ellos en barrica.
  • Reserva: el período de crianza  debe ser de al menos 24 meses. 
  • Gran Reserva: el período mínimo de envejecimiento es de 48 meses en madera y botella. En función de la procedencia, los vinos pueden alargar el tiempo de crianza necesario en barrica.








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