Con las palabras ocurre como con
las personas: unas nacen y, mientras se desarrollan, otras mueren, pero como en el caso referido, algunas
muertes nos duelen más que otras. Son palabras que la modernidad ha sacado
fuera de contexto, las ha expulsado de nuestras conversaciones, y andan inservibles, casi anestesiadas, antes
de que el enterrador de vocablos decida extinguirlas.
Muchas de ellas proceden del
legado lingüístico que Al-Andalus aportó al idioma que se hablaría en el nuevo
estado surgido -después del triunfo expansionista castellano- en la península
Ibérica, y que enriqueció con más de
cuatro mil palabras el habla de los vencedores.
Como no hace falta explicar, ni
están todas, ni son las más importantes, sencillamente es un listado, a vuelapluma,
de las que me han ido viniendo a la cabeza. Seguro que quedan por reflejar
muchísimas más, algunas en peor estado
físico que éstas que nombro. Sería un buen detalle que todo aquel que recordara
alguna, contribuyera a ampliar su número, pero bueno, dejémonos de sueños, he de
admitir que el personal no va muy sobrado de tiempo y no suele perderlo en
estos menesteres, así es que nos conformaremos con la lista que yo aporto. Como
es lógico, he descartado las palabras locales que se suelen utilizar en un
determinado lugar, escogiendo solamente aquellas que acepta la RAE para todo el
idioma español.
Son las siguientes:
Abacería
Acémila
Acequia
Achicoria
Alambique
Alberca
Alcancia
Alcancia
Alcaucil
Alforja
Aljofifa
Almanaque
Almona
Almona
Almoneda
Anafe
Añil
Alpargata
Alpechín
Alpende
Anafe
Anafe
Aparador
Arrendar
Azotea
Babucha
Badila
Blanquear
Borra
Botijo
Botijo
Brasero
Búcaro
Candil
Chinero
Dornajo
Dornillo
Escoba
Foñisco
Hucha
Infiernillo
Jarapa
Jofaina
Lebrillo
Mandil
Mendrugo
Orza
Quinqué
Palangana
Refregador
Serón
Sobrado
Solano
Tahona
Tejar
Tenaza
Tinaja
Torcía
Torcía
Trébedes
Ultramarino
Yunta
Zaguán
Zahorí
Zahorra
Zamarra
Zambra
Zarcillo
Zócalo
Zurcir
Zurrón... etc.
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