Por carecer de
flechas,
Los mendigos
Arrojaban
A los nobles
Sus propias heridas.
Pero había
Una raza de pordioseros
Más mísera aún:
Robaba heridas ajenas
Y las vendía
En la plaza del mercado.
Con tan burdas armas
Los pobres cruzaron
La noche medieval.
Los mendigos
Arrojaban
A los nobles
Sus propias heridas.
Pero había
Una raza de pordioseros
Más mísera aún:
Robaba heridas ajenas
Y las vendía
En la plaza del mercado.
Con tan burdas armas
Los pobres cruzaron
La noche medieval.
No hay comentarios:
Publicar un comentario