¿Los elegidos?
El pueblo hebreo, de antigüedad probada por tratos íntimos y altibajos con su divinidad, podía haber hecho mucho bien a la humanidad: por su cautela, su prudencia y aguante, su aparente fidelidad religiosa y su ratificada administración de cualquier dinero... Lo que sucede es que, de pronto, harta a la parte de la humanidad con la que vive: fenómeno reiterado de su historia: como si no estuviera hecho para convivir. De pronto o se harta o se parte. Y se forma la marimorena o la marijudía. Esto es lo que hubo, hay y seguirá habiendo, porque siempre lo ha habido. Llámense como se llamen sus jefes civiles o militares, todos acaban metiendo la pata si les peta: es historia milenaria. Ahora le toca sufrir sus abusos a Gaza... Y lo revisan todo con una apariencia de justicia indebida. Nunca son claros. Piden lo que se les dio y que aceptaron; pero con novedad de grados, dimensiones, beneficios y con la presión nueva que da el poder situado en otra parte del mundo y la invisible comunidad de sangre... Normal en general, se arregla para meter la pata al final, con los más débiles o los que disfrutan hoy de sus tierras de anteayer... Siempre es así. No extraña que los expulsen tanto. Lo que extraña es que los vuelvan a llamar. Porque o no son buenos o alguien los envenena. No soy racista.
Autor: Antonio Gala
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