Como el cuerpo de un hombre derrotado en la nieve,
con ese mismo invierno
que hiela las canciones
cuando la tarde cae en
la radio de un coche,
como los telegramas,
como la voz herida
que cruza los
teléfonos nocturnos,
igual que un faro
cruza
por la melancolía de
las barcas en tierra,
como las dudas y las
certidumbres,
como mi silueta en la
ventana,
así duele una noche,
con ese mismo invierno
de cuando tú me faltas,
con esa misma nieve
que me ha dejado en blanco,
pues todo se me olvida
si tengo que aprender
a recordarte.
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