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martes, 13 de mayo de 2014

Elecciones al Parlamento Europeo: El 25 de mayo ganará la Abstención











Cada vez que nos convocan a una cita electoral no puedo evitar bostezar y mirar para otro lado. He de reconocer que no soy un buen ciudadano al que le haya calado ese baboso y manido argumento de que “la democracia es el menos malo de los sistemas políticos”, sino todo lo contrario, tiene la convicción de que ésta es una peligrosa y perversa herramienta en la que se apoya la dictadura burguesa para imponer sus criterios gubernamentales, ya que con su monótona y escasa actividad participativa hace que el acomodadizo ciudadano se atolondre y adormezca y delegue sus aspiraciones reivindicativas en políticos profesionales que sólo aspiran a satisfacer los intereses del partido, cuando no los personales.  
Me repugna  observar la generosidad con la que se convocan estos carísimos eventos circenses mientras que tacañean y recortan en programas más necesarios y vitales como son la sanidad, la enseñanza, la dependencia, la pensión milagrosa de los jubilados, la ayuda a familias necesitadas, etc., y la docilidad con la que entramos todos al trapo, incluidos los que no debieran permitir este despilfarro: los autotitulados “partidos del cambio”, más conocidos en la jerga mitinera como agrupaciones de izquierdas.
Oír hablar de elecciones me produce urticaria, y repugnancia, escuchar los sublimes mensajes de boca de uno y otro para que acudamos a “ejercer nuestro sagrado derecho”. Por ello, muchas personas creen que introduciendo una papeleta en una urna pueden cambiar el destino del mundo, cuando los que abogamos por una Abstención activa argumentamos que ese giro gravitatorio hace siglos que está establecido. ¿Cómo creer en las elecciones cuando los que gobiernan el país jamás se presentan a ellas?  ¿Tiene sentido mantener a 754 parlamentarios europeos en Bruselas, 616 entre senadores y parlamentarios en Madrid, más los que suman los de las 17 comunidades autónomas, si al final los que deciden la política que nos ha de machacar son los poderes fácticos a través de su portavoz en Alemania?
Entiendo que los políticos traten de vendernos sus buñuelos de viento, ya que de su buen mensaje depende su futuro económico. Lo que no acepto es que nosotros comulguemos con ruedas de molino. Acudir a votar es entrar en el ruin juego en el que estos impostores de la política pretenden hacernos creer, así, de esa manera, legalizan el pillaje al que están sometiendo a todos los países de nuestra desunida Europa. Sólo espero que el 25 de mayo triunfe –una vez más, el Partido de la Abstención, aunque ellos no sientan el mínimo de vergüenza por su derrota.


 Imagen de una sesión en el Parlamento Europeo.  Son 750 parlamentarios, cada uno nos cuesta más de 8.000 euros. ¿Es encesario tanto parasito?




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