Los parados de Almonte (Huelva) se movilizan pidiendo trabajo

Por primera vez, desde hace bastante tiempo, más de 600 parados de Almonte (Huelva), se han manifestado ante las puertas del Ayuntamiento, en demanda de trabajo y mostrando su desacuerdo a que se contraten en origen a 9.000 trabajadores extranjeros para realizar las labores del campo, cuando el pueblo cuenta con más de 6.000 desempleados que podrían -y deberían- hacerlo .

Hasta hoy, las organizaciones de “clase” (entiéndase por organización de clase a los sindicatos “obreros” y a los partidos de “izquierda”), han mirado para otro lado, algo en lo que se han especializados desde que los distintos gobiernos –sea del color que sea- los mantienen económicamente. Su falta de visión objetiva y su tontismo progresista, les ha hecho reivindicar más los intereses de los inmigrantes que la de los propios súbditos españoles.

Es verdad que a estas personas hay que acogerlas, asesorar y ayudar, pero de ahí a que estén más protegidas y beneficiadas que nuestros compatriotas, es todo un despropósito. Han de estar –como mucho- en igualdad de condiciones y derechos que nosotros, eso es indudable, pero lo que jamás se puede consentir es que se produzca una discriminación a la inversa, o sea, los extranjeros trabajando y los lugareños en la plaza del pueblo a la espera de que el señorito tenga a bien contratarlo.


A los propietarios de fincas les interesa esta mano de obra extranjera. Aunque les pague el mismo salario que a los nuestros, los inmigrantes son más “obedientes” y resignados. Trabajan en condiciones y horarios que los españoles –por suerte- dejamos atrás hace muchos años. Esa es la única razón. La otra, la que esgrimen empresarios, políticos profesionales y periodistas acomodados –“los extranjeros vienen a realizar el trabajo que los españoles nos queremos hacer”- es pura falacia.
Si tanto creen la mentira que todos ellos propagan, que se pongan ropas de faena y vengan a cualquier pueblo de Andalucía a pedir trabajo en el campo por 36 euros al día –a los cuales hay que deducir el importe del sello Agrícola que los jornaleros han de pagarse-, a ver cuantos son capaces de colocarse.

Opinar es fácil, y mucho más engañar, máxime cuando estos mensajes fascistas se realizan desde una posición económica y laboral privilegiada, que dista mucho de la que viven la mayoría de trabajadores españoles.
No puede ser que estén tan ciegos. ¿Qué oscuros objetivos encierra su estrategia? ¿No estarán tratando de despertar entre los ciudadanos, el larvado sentido racista que a todos nos acude cuando nos vemos acosados?

Igualdad SÍ, pero jamás que los acogidos cuenten con más derechos que los nativos, y menos que el hecho de ser español sea un lastre para que te puedas desenvolver en tu propio país.
Por fin los almonteños han llegado a la sabia conclusión de que la Virgen del Rocío no les va a resolver sus problemas, que sólo con la lucha y la movilización lograrán que se les escuche y atienda.
Trabajo para todos, SÍ, pero también para los españoles.