A decir verdad, yerro en el título. Estos manipuladores sociales, que el pasado 19 de febrero tuvieron la desfachatez de "pasearse" en todas las capitales del país, "manifestándose" en contra de la reforma laboral del PP, no han traicionado nada, puesto que son individuos arribistas, sin moralidad, que sólo se acercan a la Política para satisfacer sus intereses económicos. Por lo tanto, rectifico lo de traidores, ya que llamarlos así supondría aceptar que se mueven por estímulos ideológicos o sociales, y nada está más lejos de esta practica, ya que, para ellos, ésta sólo es una actividad lucrativa, con la que poder satisfacer sus ansias de poder y deseos materiales.
De no ser así, no habríamos visto en todos los Telediarios y prensa escrita -haciendo declaraciones obreristas, panfletarias, sin ruborizarse, con el conato de amnesia que suele caracterizar a los políticos profesionales-, las imágenes ofensivas de numerosos dirigentes socialdemócratas, algunos, como el caso de Carmen Chacón y Valeriano Gómez, ministros en el gobierno del incompetente Zapatero, hace dos meses, responsables de la reforma laboral que originó la Huelga General de septiembre de 2010, y artífices, también, de los mayores recortes sociales en los últimos años de democracia.
Esto no nos coge de sorpresa a los que llevamos mucho tiempo en esto de la política. Muchos, incluso, ya lo adelantábamos antes de las elecciones que llevó al poder al PP, y decíamos que, al poco de su desalojo institucional, el PSOE, como es costumbre desde que tengo memoria, se vestiría su uniforme “socialista y obrero” y se echaría a la calle, movilizaría hasta a los muertos, en resumidas cuentas, utilizaría todos los medios a su alcance para recuperar el favor de los votantes –también amnésicos-, y reconquistar el poder que le ha usurpado el otro partido hermano.
Obedeciendo las directrices que les impone el amo, el próximo 29 de febrero, las centrales sindicales les preparan un nuevo escenario para el lucimiento, una nueva manifestación en contra de la reforma laboral, dos en menos de quince días, mientras que cuando el reformazo de Zapatero convocaron –sólo para justificarse ante los trabajadores- la Huelga General de septiembre, “y hasta luego, Lucas”, que diría Chiquito de la Calzada.
Se está poniendo la cosa que no va haber estómago humano que lo soporte. Mañana habrá que desayunar, almorzar y cenar con los publirreportajes “andalucistas” de los más encarnizados enemigos de mi tierra, y, el miércoles, como el que no quiere la cosa, el “paseíllo” estrafalario de estos corruptos de la política que sólo se acercan a ella para mancillarla.
De no ser así, no habríamos visto en todos los Telediarios y prensa escrita -haciendo declaraciones obreristas, panfletarias, sin ruborizarse, con el conato de amnesia que suele caracterizar a los políticos profesionales-, las imágenes ofensivas de numerosos dirigentes socialdemócratas, algunos, como el caso de Carmen Chacón y Valeriano Gómez, ministros en el gobierno del incompetente Zapatero, hace dos meses, responsables de la reforma laboral que originó la Huelga General de septiembre de 2010, y artífices, también, de los mayores recortes sociales en los últimos años de democracia.
Esto no nos coge de sorpresa a los que llevamos mucho tiempo en esto de la política. Muchos, incluso, ya lo adelantábamos antes de las elecciones que llevó al poder al PP, y decíamos que, al poco de su desalojo institucional, el PSOE, como es costumbre desde que tengo memoria, se vestiría su uniforme “socialista y obrero” y se echaría a la calle, movilizaría hasta a los muertos, en resumidas cuentas, utilizaría todos los medios a su alcance para recuperar el favor de los votantes –también amnésicos-, y reconquistar el poder que le ha usurpado el otro partido hermano.
Obedeciendo las directrices que les impone el amo, el próximo 29 de febrero, las centrales sindicales les preparan un nuevo escenario para el lucimiento, una nueva manifestación en contra de la reforma laboral, dos en menos de quince días, mientras que cuando el reformazo de Zapatero convocaron –sólo para justificarse ante los trabajadores- la Huelga General de septiembre, “y hasta luego, Lucas”, que diría Chiquito de la Calzada.
Se está poniendo la cosa que no va haber estómago humano que lo soporte. Mañana habrá que desayunar, almorzar y cenar con los publirreportajes “andalucistas” de los más encarnizados enemigos de mi tierra, y, el miércoles, como el que no quiere la cosa, el “paseíllo” estrafalario de estos corruptos de la política que sólo se acercan a ella para mancillarla.
He aquí, posando, sin ningun pudor, al exministro de trabajo (perdón, del paro) en el gobierno de Zapatero, rojo entre los rojos, y amigo de Toxo y Méndez, artífice de la Reforma Laboral de 2010
Carmen Chacón, exministra de Zapatero, a la que tampoco le pareció mal la reforma laboral de 2010
Soraya Rodríguez, la nueva cara del PSOE, y portavoz de este partido en el parlamento, que tampoco se manifestó cuando la reforma del 2010
Y estos -he de reconocerlo- son los que más me preocupan, el Pueblo, sin los cuales, estos indeseables no alcanzarían sus objetivos. Entristece verlos manifestarse, ahora que la reforma laboral la hace "su contrincante", el otro partido hermano, cuando se quedaron en casita en septiembre de 2010. Igualito, igualito que cuando lo de Irak. Me entristecen y me dan pena. ¡Así se entiende que el dictador muriese tranquilamente en la cama!
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