¿Desde cuándo dejó de ser la Justicia ciega y creíble en
España?
Treinta y tres años han transcurridos (1985) desde que Pedro
Pacheco, alcalde de Jerez de la Frontera, pronunciara aquella célebre frase de
que “la Justicia es un cachondeo”, y que millones de ciudadanos
acogerían como suya frente a los continuos y constantes fallos del sistema
judicial.
Y es que en esta bendita tierra, la Justicia, (o para ser
más exacto, los Jueces), se ha distribuido atendiendo más a criterios políticos
y económicos que a judiciales. Y así nos hemos topado que según la ideología o
el estrato social del que proceda el Juez que te ha de juzgar, así resultará la
sentencia.
Por ello no es de extrañar que la Justicia Internacional y
Europea nos esté corrigiendo a cada instante. Cada vez que un ciudadano recurre
a estas instituciones logra que se le reconozcan los derechos que la nuestra
les ha negado.
Confío en que a su debido tiempo ocurra igual con la Hipotecas,
donde unos magistrados sumisos a los banqueros y sin conocimiento de la materia que se trataba, osen rectificar una sentencia que una sala especializada dictaminó: que los
Bancos pagaran los gatos jurídicos documentados que hacían pagar a todos aquellos que
solicitan un crédito hipotecario, que sólo beneficiaba a las entidades financieras.
La Justicia llevaba mucho tiempo haciéndonos trampa al
levantarse sólo un poco la venda, pero en esta ocasión han ido mucho más lejos: se
la han quitado definitivamente. Si era poco el crédito que ésta ya tenía entre los ciudadanos, este nuevo fallo judicial hace que caiga a niveles jamás sopechados, haciendo fácilmente visible al común de los mortale que "la Justicia NO es igual para todos". A los hechos me remito.
"Poderoso caballero es Don Dinero...", que diría nuestro preclaro poeta Francisco de Quevedo.