El “Guachinche” es
un establecimiento en el que sirven guisos caseros, papas arrugás, diversos
tipos de carnes y de quesos, etc., acompañados siempre por el vino de cosecha
propia, única bebida alcohólica permitida para ostentar tal categoría, algo
similar a los “Mostos” de Trebujena y de algunos pueblos de la Sierra de
Aracena .
Su origen está en los tenderetes
que antaño montaban agricultores y ganaderos para vender sus productos sin la
intervención de intermediarios, en especial el vino. Cuentan que se generalizó
acompañar la prueba del mismo con alguna vianda que hubiera en la casa, cosa
que caló entre los consumidores y que fue ampliándose por parte del viniticultor
hasta llegar a lo que es hoy.
Es un “fenómeno” tinerfeño,
aunque la zona donde se localizan el mayor número de ellos –y los más
demandados- suele ser la parte Norte de la Isla, concretamente en las
localidades del Valle de la Orotava,
así como en Santa Úrsula, La Victoria y
La Matanza. Se caracterizan por estar ubicados en la misma finca en la que
habitan y en la que tienen plantado el viñedo, unos instalados en la cochera de
la vivienda, otros en el salón y los más holgados en una especie de chiringuito
construido junto a la misma casa, siendo bastante aceptable la calidad del vino
que se consume y, aunque sean de la misma uva, existen considerables
diferencias entre unos y otros, ahí es donde radica para nosotros la
importancia de estos establecimientos.
Reconozco que no habíamos oído
hablar de ellos antes de partir de viaje, así como de la gran extensión de
viñas y bodegas con Denominación de Origen existentes, por lo que nos parece
acertado informar para que los próximos visitantes a Tenerife incluyan entre los
“deberes” a realizar en la Isla, una visita a estos curiosos y apetecibles
establecimientos.
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