LA TIERRA
Un
mundo como un árbol desgajado.
Una
generación desarraigada.
Unos
hombres sin más destino que
apuntalar
las ruinas.
Rompe el mar
en el
mar, como un himen inmenso,
mecen
los árboles el silencio verde,
las
estrellas crepitan, yo las oigo.
Sólo el
hombre está solo. Es que se sabe
vivo y
mortal. Es que se siente huir
-ese
río del tiempo hacia la muerte-.
Es que
quiere quedar. Seguir siguiendo,
subir,
a contramuerte, hasta lo eterno.
Le da
miedo mirar. Cierra los ojos
para
dormir el sueño de los vivos.
Pero la
muerte, desde dentro, ve.
Pero la
muerte, desde dentro, vela.
Pero la
muerte, desde dentro, mata.
... El
mar –la mar-, como un himen inmenso,
los
árboles moviendo el verde aire,
la nieve
en llamas de luz en vilo...
(De "Verso y prosa", Ediciones
Cátedra, 1992)
No hay comentarios:
Publicar un comentario