¿Qué corre por las venas de estos asesinos machistas, que para hacer daño a sus respectivas parejas (¡que dicen amar!), acaban con la vida de sus indefensos hijos?
Lo más grave del caso es que parte de la sociedad trata de poner “paños calientes” a la hora de enjuiciar estas conductas, siendo el más recurrente el de que son personas enfermas que padecen algún trastorno psicológico.
Yo me niego a admitirlo, estas bestias no están locas, son, sencillamente, criminales que no les detiene nada cuando quieren lograr un objetivo. ¡Basta de atajos! Estos son individuos que se les ve venir, por tal motivo no entiendo la hipocresía (a no ser que pertenezcan a su misma ralea) de los llamados amiguetes que hablaban de él como si se tratase de un santo. Ahora que ya ha sucedido lo peor y que ya no hay que mantener las formas, sólo basta echar una ojeada al maravilloso currículo de este angelito para descubrir al egocéntrico, machista, manipulador y mala persona que llevaba dentro.
Demasiadas muertes de pequeños a manos de los que debieran cuidarlos y defenderlos. Demasiadas muerte de mujeres a manos de quienes dicen amarlas. Esto que sucede era impensable hace treinta o cuarenta años. ¿Qué nos está pasando? ¿Qué le ocurre a la gente? ¿Es que ya nadie se quiere? Lo cierto es que a la sociedad le pasa algo, parece que está enferma, sólo basta salir a la calle para darte cuenta de ello: vas por la acera y si no te echas a un lado te arrollan; estás en una cola y te ignoran; no trates de dialogar para entrar en razones porque a la primera de cambio te insultan (que es lo menos grave) o te aporrean. Voy a finalizar porque se me está viniendo el ánimo a los pies y hoy toca ver a mis dos queridas nietecitas, ahora lo más grande que tengo y por las que me dejaría matar si les sucediera algo, como cualquiera de los mortales que no llevamos dentro el ADN de estos aborrecibles criminales. Mucha fuerza para la madre de las niñas y familiares cercanos.
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