Después de muchos años he vuelto a visionar “Siete días de mayo”, película de John Frankenheimer rodada en 1964, e interpretada magníficamente por Kirk Douglas y Burt Lancaster.
Por razones que todos podemos imaginar, esta es una de esas películas malditas (caso similar al de “Soldado azul”, “Queimada”, “Senderos de glorias”, “Missing”, etc.) que no son muy frecuentes en la cadena de proyección comercial. Volvamos a la película. En ella nos cuentan el intento de derrocar al presidente de los EE.UU. mediante un golpe de estado ideado por los militares y bendecido por los sectores más reaccionarios del senado.
Como reconocerán, esto es algo inusual en el cine producido en esta nación, los pronunciamientos militares siempre se producían lejos de sus fronteras, aquí sólo ocurrían fenómenos paranormales, llegada de naves extraterrestres, amenazas de meteoritos, olas gigantes, etc., pero jamás, hasta esta película, ha reflejado la posibilidad de un golpe de estado, algo impensable para el ciudadano medio estadounidense hasta que el mandato de Donald Trump y el asalto al Capitolio por parte del sector ultra del país, ha quitado la venda a más de uno y le ha hecho ver que lo que refleja la cinta puede ocurrirles en cualquier momento si se deja actuar a los enemigos de la democracia.
Película recomendable con una interpretación destacada y creíble de Burt Lancaster en el papel de general golpista, y magnífico también Kirk Douglas interpretando (como en “Senderos de gloria”) al militar constitucional y responsable.
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