"Ninguna guerra tiene la honestidad de confesar: "Yo mato para robar"
Las guerras siempre invocan nobles motivos, matan en nombre de la paz,
en nombre de Dios, en nombre de la civilización, en nombre del progreso,
en nombre de la democracia. Y si por las dudas, tanta mentira no alcanzara, ahí
están los grandes medios de comunicación dispuestos a inventar enemigos
imaginarios para justificar la conversión del mundo en un gran manicomio y, en
un inmenso matadero.
En Rey Lear, Shakespeare había escrito que en este mundo
los locos conducen a los ciegos, y cuatro siglos después los amos del mundo son
locos enamorados de la muerte que han convertido al mundo en un lugar donde cada minuto mueren de hambre o de enfermedad curable 10 niños, y cada minuto se gastan 3 millones de dólares en la industria militar que es una fábrica de muerte.
Las armas exigen guerras y las guerras exigen armas y los cinco países que manejan las Naciones Unidas, los que tienen derecho de veto en las Naciones Unidas resultan ser también los cinco principales productores de armas.
Uno se pregunta, ¿hasta cuándo?, ¿hasta cuándo la
paz del mundo estará en manos de los que hacen el negocio de la guerra?, ¿hasta cuándo
seguiremos creyendo que hemos nacido para el exterminio mutuo, y que el
exterminio mutuo es nuestro destino?, ¿hasta cuándo?"
Produce una enorme y profunda tristeza ver lo que esta ocurriendo,¿hasta cuándo ?. Creo que todos nos hacemos la misma pregunta Manuel.
ResponderEliminarUn Abrazo.
Montblanc, me produce tristeza que sólo seamos capaces de reaccionar a la barbarie cuando esta ocurre cerca de nuestra puerta. Atrocidades como la de París, incluso superirores, vienen produciéndose todos los días lejos de nuestras fronteras, pero como nos coge lejos, pasamos de ella.
EliminarMe duele que haya muertos de primera clase y muertos de segunda, es algo que no tolero, por eso me pregunto: ¿Hasta cuendo consentiremos esto? ¿Hasta cuándo toleraremos que nos manipulen nuestros gobiernos?
Son días triste, Montblanc, son días tristes porque están muriendo demasiados inocentes, y esto, parece que no tiene solución.
Otro abrazo para ti.
Me temo que seguiremos un largo tiempo sin respuesta para ese acuciante ¿Hasta cuándo?.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo, Manuel.
Fer
Como dijo el maestro Dylan, la respuesta "está en el viento", y, si me apuras, en nosotros, María.
EliminarVivimos malos tiempos.
Uno más fuerte para ti.