El otoño empieza a dar sus frutos y nos obsequió ayer con este puñado de Tanas (Amanita caesarea), una de las setas más preciadas por los amantes de la micología (y los Emperadores de Roma), tanto por su sabor como por la dificultad a la hora de conseguirlas.
Este año han aparecido un poco más tarde que el pasado, debido al retraso de las lluvias, pero con un poco de esfuerzo y paciencia se puede llenar un canasto. Hoy daremos buena cuenta de ellas.
La primera captura aún bajo el manto de la noche
Poco a poco fueron llenando el cesto
Dos ejemplares de Tanas tocadas por las babosas
El esfuerzo obtiene su recompensa:
Un delicioso carpaccio de Tanas
Y un no menos exquisito plato de Tanas a la plancha
Que ricas con ajito y perejil. Saludos.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo, Anna.
EliminarQué maravilla !! Menudo manjar , deben estar deliciosas .A disfrutarlas Manuel !
ResponderEliminarUn Saludo.
Cierto, Montblanc, siento que la distancia imposibilite que podáis degustarla.
EliminarOtro para ti.
Míralo él, dando envia y abriendo el apetito a sus seguidores, ¡Menuda pinta tienen esos platos, Manuel!
EliminarAbracetes.
Mari Carmen, esto es como los hijos, uno disfruta mostrándolos, aunque buena parte de la que logramos coger la repartimos entre los satélites que nos rodean, nuestro goce es buscarlas.
EliminarOtro abrazo para ti.