Después de la mamarrachada que ha realizado nuestro ineficaz Ayuntamiento (gobierne quien gobierne) en la desaprovechada Alameda de Hércules, reconforta mirar esta fotografía de la primera mitad del siglo XX, en la que podemos apreciar un Kiosco -de los que hermoseaban la ciudad, no las cajas de zapatos que han colocado ahora- donde tomarse un Cazalla o algún trancazo de blanco, y un desaparecido puesto de lo que siempre se llamó "calentitos". A todos nos afecta el paso del tiempo.
Esa fotografía tiene mucha historia sobre sus espaldas! Qué bonitos eran esos kioscos. A lo de puesto de calentitos ¿ a que te refieres Manuel ? Me parece ver una estufa de leña ,¿ eran las que hacían castañas calientes ?
ResponderEliminarUn Saludo.
Perdona, Montblanc por no aclarlo en el texto: en Sevilla, de toda la vida, a lo que ahora -por la nefasta influencia de los madriles- llaman "churros" eran los "calentitos", y tiene su explicación: en Madrid, tanto los churros como las porras se comen fríos, ya que estos se hacen en pequeñas "fábricas" (churrerías) que los distribuye por toda la capital, mientras que aquí se hacían y aún se hacen en pequeños locales ("calenterías") donde va uno a adquirirlos recien hechos y bien calentitos (es lo que lo diferencia de los otros, entre otras cosas), de ahí su nombre. Como bien dices, lo que se ve es una estufa, pero de carbón, en la que las gitanas freían los calentitos y los buñuelos.
EliminarUn saludo.
Me encanta el rescate de nuestra costumbres. Esta foto, todo un valioso documento histórico. Kioscos como éste había muchos por Sevilla. Yo conocí algunos de chica, eran preciosos y me traes muy bonitos recuerdos de una Sevilla que se nos fue, pero aquí estás tú con tu sevillanía para recordarnosla y que la juventud tenga una idea de aquellos kioscos que imprimian carácter a la ciudad.
EliminarEnhorabuena, Manuel...
Tu también haces una buena labor de rescate...
EliminarUn saludo