El pasado martes murió Elisa Serna, cantautora y símbolo social de los años
70 del pasado siglo. Con ella, la canción "protesta" alcanzó una
posición de calidad, nada frecuente hasta el momento. Su voz, el mensaje de sus
letras hizo que en cada recital que oíamos nos ratificara más en lo que creíamos
y hacíamos los jóvenes de aquellos años. Fue un dolor de cabeza para el
franquismo y la posterior seudodemocracia que la falsa izquierda y los
militares nos colaron.
Tenía 75 años y ha muerto con las botas puestas, ejemplo contundente que
destruye esa manida y reaccionaria frase que dice que "el que a los 18
años no es de izquierdas, es que no tiene corazón, y si a los 40 sigues
siéndolo, no tienes cabeza". El próximo lunes tenía previsto un concierto
en el "Café Libertad" de Madrid. Todo un ejemplo de compromiso
social. Descanse en paz.
No hay comentarios:
Publicar un comentario