Nadie que pase por la puerta puede imaginar qué esconde el
interior de esta vieja tienda de ultramarinos. Se llama Casa Moreno y se
encuentra en la calle Gamazo. En la fachada nada nos indica que allí exista un
espacio reservado para el placer enológico y gastronómico, ya que en el
escaparate sólo aparecen latas de conservas selectas y en la parte visible del
local, un mostrador en el que se despachan los productos que tienen a la venta.
Pero no hay que dejarse engañar por las apariencias. Si nos
decidimos a entrar, al fondo, en la trastienda,
encontraremos el lugar deseado: una típica tienda-bar -de las que trajeron de sus
tierras los montañeses cántabros-, en la que podemos degustar una amplia variedad de vinos,
maridados con unas excelentes conservas, embutidos y quesos, todos de una extraordinaria
calidad.
Un insospechado garito donde recalar después de un buen
paseo por el centro de Sevilla, del que no han podido sustraerse más de un conocido personaje público.
Escaparate exterior donde se exponen las delicatessen
Interior de la pequeña trastienda con las paredes abarrotadas de imágenes relacionadas con la tauromaquia, el mundo cofrade y frases tipo Coehlo, escritas y colocadas por los propios clentes.
Detalle de un rincón del local
Hasta la cámara frigorífica sirve para colocar alguna buena frase
Podemos asegurar que el CNI funciona a la perfección, puesto que logró localizar este establecimiento para que la vicepresidenta probara las bondades que en él se sirven, quedando constancia de su visita en las paredes de esta taberna.
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