ANTES DE TI NO HABÍA NADA
Antes de que tu vinieras
no existía el mundo.
Todo era una masa amorfa
donde el rey del universo
era el invierno.
No había bocas,
ni besos,
ni gemidos,
ni uñas,
ni abrazos.
Antes de que tu nacieras
-quiero decir,
antes de que tu fueras-,
todo estaba muerto.
No había flores en las miradas,
ni gotas en los aguaceros,
los pájaros no cantaban,
el sol
era un quinquel sin petróleo,
y el amor
el difuso laberinto
donde quedábamos atrapados.
Todo era silencio,
vacíos,
miedos,
precipicios...
Hasta que apareciste tú.
Entonces el universo se aquietó,
tomó forma definitiva,
y desde entonces
puedo mirar al frente
sin que me duela el costado.
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