Con Clint Eastwood ocurre como con las madres: que jamás te
fallan.
He visto su penúltima película, “Jersey Boys” -en contra de las
malas críticas que sobre ella recaía-, y la verdad es que he disfrutado de dos
horas de cine, que en definitiva es de lo que se trata. Eastwood es un director
que nunca falla. Puede gustarte más o menos su producción cinematográfica,
pero jamás te dejará indiferente, aunque –como en esta ocasión-, toque un tema
poco frecuente en él, el “biopic”, del que maravillosamente sale
sobresaliente, dejándonos para el final, acompañando a los títulos de crédito,
una pequeña obra maestra del cine musical.
Si el cine es belleza y placer, “Jersey Boys” y Clint
Eastwood es cine, confiemos en que nos dure muchos años más para que podamos
seguir disfrutando de su buen hacer.
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