Las muros han dejado de ser el lugar donde se fusilaba a los contrarios.
Ahora ha pasado a ser un lugar donde se cuelgan pensamientos. Es como un Internet rudimentario.
¿Hasta cuando seremos capaces de esperar?
La empresa, bien merece la pena.
¿Cuántos de nosotros llegaremos hasta el final?
¿Cuántos quedarán derramados por el camino?
Lo imposible, es posible que suceda.
Sólo es cuestión de esperar y desearlo.
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