
Al verlos juntos, empresarios y banqueros se frotan las manos; son personas sensibles a las que no les agrada presenciar a dos hermanos enfadados. Como buenos padres que son, nunca se inclinan de forma descarada por uno, porque a ellos, lo que de verdad les importa, son las cuentas de resultados, y, hemos de ser justos, con el PSOE nunca les ha ido nada mal, si no, que se lo pregunten a estos últimos. De momento, los empresarios, a través de su organización representativa la CEOE, han lanzado un globo sonda para ver qué aceptación tiene entre los medios propagandísticos, las fuerzas sociales más representativas y los dos partidos que acaban de reunirse. Aquí todo el mundo pretende ser pescador y pescar en el río revuelto en que se ha convertido la economía española, por lo tanto, han tenido la deferencia de proponer un nuevo contrato de trabajo basura para los jóvenes, donde ellos no pagarían seguridad social al estado; los contratados cobrarían, en el mejor de los casos, el salario mínimo interprofesional (633 euros mensuales); no tendrían indemnización por despido y tampoco, derecho a desempleo. Como podemos observar, no se puede ser más generoso. Los banqueros por su parte –no olvidemos que son responsable directos de la situación que padecemos- han “trincado” todo el dinero que Zapatero les ha proporcionado, y ahora es el mismo gobierno quien se ha tenido que convertir en banquero para facilitar a las Pymes los créditos que las entidades financieras niegan.
España es un país de pillos, donde nació y se acomodó perfectamente la picaresca. Por este motivo, al pueblo le cuesta tanto cuestionar el “mangoneo” que con tanta frecuencia se produce. La mayoría somos cómplices de los desmanes que se están realizando, y, a pesar de todo, lo vamos sobrellevando. La comprensión que algunos manifietan por la rapiña que se produce en todos los niveles del estado; el asumido pasotismo político que mantenemos con el comportamiento y las actitudes de nuestros mandatarios y el nulo interés por los temas vitales que afectan a nuestra sociedad y a nuestra economía, hacen que estos dos partidos hermanos se hagan eternos en el gobierno del país, limitándonos a cambiarlos, cada cuatro años, si nos tienen muy cabreados, con lo cual, la política y la economía que se desarrolla en el territorio es siempre la misma, porque ellos, socialdemócratas (PSOE) y derecha dura reconvertidos (PP) son la misma cosa, pero con distintos estilos, o como dicen en mi pueblo: “son los mismos perros, pero con diferentes collares.”
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