Es una fotografía de la calle San Jacinto en 1911, bastante más estrecha que ahora, y con los raíles del tranvia a lo largo de ella. Me llama la atención la vestimenta de los sevillanos de entonces, pero sobre todo, la utilización de las aceras porticadas que ya han aparecido en otras imágenes publicadas en este blog. Sin duda es un signo de que Sevilla apostó antaño por este tipo de urbanismo que venía de maravilla a sus habitantes para sortear la canícula del verano, así como los persistentes y cuantiosos días de lluvias de otoño e invierno. Por desgracia nos quedan pocos testigos de esta arquitectura (calle Alemanes, plaza del Pan y del Salvador), pero son suficientes para hacernos una idea romántica de lo que sería caminar por esas calles de entonces, cobijados bajo estos socorridos soportales.
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