No abandonamos el lugar y salimos
de la Taberna Gonzalo por la puerta que da a la calle Álvarez Quintero y nos
damos de bruces con otra de las tabernas que, sin temor a equivocarnos, puede
que sea de las más antigua de Sevilla y España, “Las Escobas”.
Hay fuentes que sitúan sus
orígenes allá por el año 1386, en la que a un escobero –para incrementar sus
escasos ingresos- se le ocurrió servir vino en el lugar donde malvendía sus
escobas.
Por esta vieja taberna hay constancia de que pasaron
personajes de toda índole, desde intelectuales (Cervantes, Lope de Vega, Lord
Byron, Dumas, Bécquer, Santiago Montoto, los Álvarez Quintero, etc.), hasta
rendidos enamorados de lo ajeno. Esta última fauna fue la que inspiró a
Cervantes para su ejemplar novela “Rinconete y Cortadillo”.
A pesar de las consabidas y
necesarias reformas, en su interior todavía es posible respirar el viejo
ambiente de entonces; en pocos segundos –y con un poco de imaginación- logra
uno trasladarse a ese desaparecido mundo del pasado.
La fotografía debe ser de
principios del siglo XX.
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